6:30 de la mañana, primer trayecto hacia la estación de autobuses de Kanchanaburi dónde empezaremos nuestro engorroso viaje hacia Koh Tao. Ayer reservamos un taxi, pero no uno propiamente conocido por todos nosotros, es una moto con un sidecar techado. Así que allí estamos los cuatro mirándonos pensando dónde diablos vamos a meter todo nuestro equipaje y a nosotros mismos, así que comenzamos el día con unas risas curiosas. Después de un rato colocando todo y a todos, estamos todos dentro, aunque algunos como María y yo con medio culo afuera del sidecar. Nada más arrancar y alejarnos unos pocos metros del hostal, el conductor acciona su equipo musical, si si, un equipo en la moto para verlo, así que allí íbamos a las 7 de la mañana con la música a todo trapo y sin parar de reír, que bueno!!!!!!.
Segundo trayecto, bus local desde Kanchanaburi a Ban Pong, duración aproximada de una hora. Vamos con la incertidumbre de sí el conductor nos ha entendido correctamente y vamos en la dirección adecuada y si llegaremos a tiempo a coger el tren. El conductor y el taquillero por llamarlo de alguna manera, había que verlos, el conductor con una gorra rapera inclinada hacia un lado, el taquillero no paraba de ligar con las colegialas y la música de lo más marchosa a todo volumen, en definitiva, un espectáculo de nuevo. Después del tiempo estimado llegamos a nuestro destino, Ban Pong, 500 metros andando ayudados por las indicaciones de los locales y ya estamos en la estación.
Después de esperar un buen rato llega nuestro tren que nos llevará a Chumphon, consta sólo de dos vagones llenos de turistas, nos recuerda a un tren de clase alta, con sus azafatas y agentes uniformados dispuestos a ayudarte en lo que sea. Durante el trayecto nos han servido el almuerzo, muy rico para no esperarlo.
Llegada a Chumphon, una decena de personas esperan nuestra llegada con sus carteles en mano y ofreciéndonos tickets para el barco nocturno, ducha gratis, internet gratis, etc. Una de las chicas es muy amable y decidimos irnos con ella, a lo que se nos unen un chico brasileño y un africano (Greg)). Nos dirige hacia su restaurante dónde tenemos unas 3 horas de espera hasta la salida del barco- Aprovechamos para dar un paseo y comprar un helado.
Llegó la hora y salimos hacia el puerto, unos 20 minutos. Primera impresión algo extraña, el barco está lleno de mercancías y no tiene mucha pinta de que vayan a viajar muchos turistas. Llegamos a la sala de las literas y efectivamente, sólo viajamos unos 10 turistas. La habitación naturalmente es algo fría pero las camas son geniales. Todo el mundo se va pronto a la cama y sólo quedamos el chico brasileño y yo, que mantuvimos una conversación muy interesante durante un par de horas. Por fin mañana nos vamos a la playaaaaaaa!!!!!!!!!
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