Próxima parada Kanchanaburi. Nos dirigimos a este emblemático pueblo situado al Oeste de Tailandia, dónde Nacho y Olga quieren ver a los tigres. Por nuestra parte María ya estuvo hace unos años por aquí con Ainhoa y Nandy, y yo tengo ganas de ver las cataratas de Erawan y el Puente sobre el río Kwai, famoso por la película dónde nos narraban como los presos de guerra de origen británico, alrededor de 200, construyeron el dicho puente.
El trayecto sólo ha durado unas tres horas con parada incluida, ya estamos en el pueblo y lo primero que vemos es a un tigre muy joven acostado en una especie de tarima y con un aspecto un poco adormilado, no sabemos en que condiciones lo tienen pero nuestra sensación no es grata. Junto al tigre hay una jaula dónde no para de dar vueltas un pequeño leopardo. Comenzamos a andar en busca de nuestro alojamiento, María no se acuerda bien de dónde se quedaron hace unos años, pero las casualidades de la vida nos llevan justamente al mismo sitio, Bambu House, a orillas del río y en un bungalow flotante (lo más económico, alrededor de 2.5 euros por persona). La idea es genial, estamos muy contentos, y mientras estamos desarmando nuestras mochilas, escuchamos a un speedboat que se acerca, y al oírlo en la lejanía, de repente, el bungalow empieza a bailar, jejejejeje, si si, una casa mecedora, vaya risas.
Mientras Nacho y Olga realizan su visita al templo dónde tienen a los tigres, nosotros dormimos. Llegan del templo muy contentos y con unas fotos muy chulas, es la hora de terminar el día disfrutando del atardecer en el río.
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