Cerca de Inskip Point, justamente al lado de Rainbow Beach, se encuentra Carlo Sandblow, la Duna de Carlo. Subimos con el coche a la pequeña cima y después de caminar unos 600 metros nos encontramos en mitad de la duna, totalmente solos. Me ha recordado muchísimo a los tiempo en los que solía pasar algún rato en la duna de Tarifa, vaya tiempazos!!!. Hay algunas zonas dónde parece que la gente se divierte tirándose con cartones, nosotros lo hemos intentado pero ha sido un total fracaso jejeje, habrá sido la arena que estaría demasiado mojada o que algunos tenemos algunos kilillos de más. De todas formas hemos disfrutado caminando por la duna y tomando algunas fotos, y un rato después charlando con otros viajeros.
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Carlo Sandblow |
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Logkoooooo!!!!!! |
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Después volvemos a la oficina dónde hay que sacar el permiso para quedarnos otra noche más, hemos preguntado por algún sitio dónde cargar los aparatos electrónicos, y justamente en frente, hay una Laundrymat, una zona dónde puedes lavar tu ropa o pegarte una ducha (5 dólares). No hay nadie controlando el lugar, sólo un par de cámaras, y la chica de la oficina nos ha comentado que podemos cargar ahí, que no hay problemas, así que con toda nuestra paciencia y comiéndonos un cartucho de patatas fritas del puesto de al lado hemos pasado un buen rato esperando.
Ya a la tarde, aquí podéis ver los platos de pasta que nos hemos preparado y hoy nos hemos dado el gusto de comprarnos una botella de vino. Al caer la noche, sólo una hora después, el cielo ha comenzado a tornarse negro, pero negro negro, todo el mundo se apuraba recogiendo todo lo que podían y metiéndose en las caravanas, nosotros ha sido terminar de recogerlo todo y empezar a llover de locura, unos relámpagos y truenos, un viento considerable y nosotros dentro pensando en cómo íbamos a hacernos de cenar jejejej. Esto ha podido ser una pequeña prueba de cómo buscarnos la vida cuando llueve dentro de la furgoneta, porque en Nueva Zelanda puede ser que tengamos muchos días parecidos.
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