Día de ceremonia. Hoy tiene lugar un Festival en Taro, un pequeño pueblo de Bali. Tres diferentes fuentes nos han recomendado ir a echar un vistazo dada la poca frecuencia con la que se celebra esta ceremonia, cada 100 años. Preguntamos a nuestro casero por la dirección a tomar hacia Taro, y nos pregunta si tenemos la ropa adecuada para ir, a lo que obviamente contestamos no. Sin perder ni un sólo segundo, el casero nos dice que nos esperamos un poco, a los dos minutos aparece con toda clase de atuendos indonesios para vestirnos a todos. El casero se encarga de nosotros y la casera se lleva a las mujeres a una habitación. Después de 15 minutos arreglándonos ya estamos todos listos y guapos, algunos menos jejejeje, para dirigirnos hacia Taro. Tenemos que decir que nos encanta la amabilidad y hospitalidad de las familias indonesias, en las dos guest house que hemos estado nos han tratado fenomenal. Esta última se llama Goutama Home Stay, dirigida por una familia indonesia muy amable y hospitalaria, con unas habitaciones muy nuevas y acogedoras, a un precio realmente bueno para estar en el centro de Ubud, sólo 150.000 rupias con desayuno incluido e internet 24 horas, uno de los mejores precios que hemos conseguido sin duda. Otra ventaja que tiene este lugar es que está ubicado justo en frente de uno de los restaurantes más baratos de Ubud y con una calidad fantástica en la comida , el nombre del restaurante es Dewa Warung, por el precio normal de cualquier plato en cualquier restaurante dónde te incluyen las tasas, entre el 10% y el 15%, aquí te puedes comer tres platos con tu bebida, y no te incluyen las tasas.
Después de nuestro pequeño consejo de hoy, volvemos a la visita, ya estamos en camino en nuestras motos y vestidos de indonesios, todo el mundo nos mira a lo largo del camino, algunos se ríen, otros nos miran asombrados. Después de 45 minutos llegamos a Taro, todo el mundo está de gala, con sus mejores trajes, nos indican amablemente dónde se celebra la ceremonia, podemos escuchar claramente las oraciones. Al llegar cerca del templo ya encontramos a gente haciéndonos señas de dónde aparcar, nos dirigen a una explanada. Caminamos hacia el Templo, la calle está decorada con sus largas hojas de palmeras o algo parecido, la gente entrando y saliendo, las mujeres cargando en sus cabezas las ofrendas a sus dioses, grandes canastas con toda clase de alimentos, fruta, arroz, típicos postres, etc. Llegamos a la entrada, la primera impresión es de un respeto extremo, escuchando sus oraciones y cánticos, apreciamos gente bailando danzas ancestrales y representaciones religiosas. Con sumo cuidado nos sentamos sin molestar mucho, observamos la representación, tomamos algunas fotos y disfrutamos de la devoción de todos los presentes. Seguimos nuestro recorrido por el templo, en cada esquina se posicionan como si fueran cofradías o no se como llamarlo, y cada uno de ellos realiza diferentes representaciones, ahora vemos como una veintena de niñas forman un círculo giratorio a la vez que realizan sus bailes. Acto seguido aparecen una especie de guerreros danzando, con una música celestial compuesta por instrumentos de percusión aguda y melódicos. Después accedemos a otra parte del templo, dónde hay una tarima con unos 4 chamanes, o eso es lo que me pareció a mí, los cuáles recitaban rezos y realizaban ofrendas a sus dioses. Gente alrededor cantando desde el corazón, gente representando teatrillos con algo parecido a marionetas, gente cargando con sus animales que serán sacrificados y gente rezando constantemente en frente de sus imágenes. Ha sido una mañana muy especial sin lugar a dudas, nunca creí que me impactaría tanto un evento de esta categoría con la ideología que tengo.
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